Fin del Estado de Bienestar y el neoliberalismo: las experiencias latinoamericanas.

Por Jesús Emiliano Araujo Araujo

El "Estado de bienestar", se trata la época que abarca desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta los años 70's. Esto represento para el trabajador, lograr una serie de beneficios cuyo fin y logro eran, las que de manera sumaria pueden ser: La conformación del mapa político mundial desde el final de guerra, la asistencia brindada por los gobiernos de distintos países a los ex combatientes y soldados y sus familias en la forma de subsidios, atención sanitaria, pensiones y otros; Libertad, Igualdad, fraternidad, eran preceptos importantes en este entonces, los beneficios introducidos por Bismarck en Alemania, después de la derrota de su país en la Primera Guerra mundial -como paliativo para la situación de desborde social- consistente en garantizar la atención sanitaria a los problemas de salud derivados de la actividad laboral, a la mujer embarazada; y un sistema previsional que garantizaba una retribución a los ancianos; la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establecieron entre otras cosas, el derecho al trabajo, un salario digno, el derecho al descanso, condiciones laborales dignas, etc. 

Todos estos antecedentes con intereses subjetivos, dieron lugar al fortalecimiento de las organizaciones gremiales que actuaron con fuerza en la defensa de tales derechos. 

La conjunción de todos estos componentes permitió que -a nivel colectivo- la clase trabajadora accediera a condiciones de vida satisfactorias en todos sus aspectos y que podían sintetizarse en: empleo en condiciones saludables, salario digno, salud, educación y esparcimiento. 

El neoliberalismo, aparece en escena a raíz de que, con motivo de la aplicación de los planteos keynesianos, los países de vanguardia y en especial EE.UU., enfrentaron otro tipo de situaciones fuera del aspecto laboral en sí, aunque íntimamente relacionados, debido a que implicó la contemplación de la otra perspectiva, es decir, la del productor o patrón. 

La participación del estado en áreas como la educación, la implementación de políticas asistenciales, la atención de la salud, etc. -además de hacerlo en otros rubros que no se mencionan aquí-, implicó un progresivo endeudamiento y la implementación de políticas impositivas cuya exigencia, en función de la categoría de contribuyente, en proporción afectaba a los productores más que a otros y por lo tanto esto se consideraba como injusto por cuanto implicaba una restricción a la libertad de crecer, desarrollarse y obtener mejores beneficios. Friedrick Hayek (1950) sintetiza este punto de vista al plantear que "… el Estado no puede ser altruista a costa de otros…". 

Y son, en definitiva, las ideas que a mediados del siglo XX había propuesto Hayek, las que sirven de inspiración a la corriente que en la actualidad se conoce como neo liberalismo, que propone retomar aquella concepción original de que el Estado no debe participar con su autoridad arbitraria en economía, sino solamente asumir el rol de proteger la seguridad nacional y de propiciar leyes que garanticen libertad para producir, competir, crear y desarrollarse a todos los individuos por igual. 

Estas concepciones, que fueron recibiendo cada vez más adhesiones desde los años ´70 y en adelante, implicaron el dejar de lado las ideas de solidaridad y colectividad, para dar paso a la idea del individualismo y de la competitividad. Los pensamientos neo liberales llevaron a reemplazar las ideas de que el estado debe ser asistencialista o benefactor, para dar lugar a otros, que postulan que tanto el pobre como el rico tienen y deben tener, las mismas posibilidades de ser competitivos. 

El Estado de bienestar en la Argentina, se pone de manifiesto en su máxima expresión durante las primeras dos presidencias de Juan Domingo Perón (1895-1974). Y al margen de cualquier análisis político, se hará referencia al ámbito laboral exclusivamente. 

Al final de la década de 1940 y hasta mediados de 1950, el PBI nacional se distribuía en más del 50 % entre la clase trabajadora, lo cual habla de una distribución de la riqueza de una manera proporcional a la cantidad de personas que conforman ese sector. 

El índice de desempleo fue bajo y la clase trabajadora accedió a una serie de beneficios en los ámbitos de la educación, el esparcimiento, la salud, la previsión social y laboral, todos ellos relacionados con la actuación sindical.

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